UNA LABOR POCO RECONOCIDA

09.10.2008 18:23

CRÓNICA

POR:Jeniffer Andrea Monsalve

Email: jenifferdal@hotmail.com

En las horas de la mañana, a eso de las 7:00 se escucha una voz que fuertemente dice – G.P.T, a formar – desde ese momento comienza una labor que para muchos es tediosa y obligatoria, pero para otros es todo un desafío pedagógico, donde se pone a prueba la creatividad, la capacidad de servicio social y solidario para trabajar junto a los Agentes profesionales de Tránsito en el mejoramiento de la movilidad en la ciudad de Medellín.

G.P.T, son las siglas que identifican a los Gestores Pedagógicos de Tránsito; estudiantes de tecnologías o de educación superior que cursan entre el segundo y octavo semestre, con los más altos promedios acumulados.

Después de recibir las instrucciones pertinentes de los superiores, “pasar revista” (Revisión del uniforme) y leer las consignas del día; a cada uno de los G.P.T se les nombra el servicio o lugar de facción, allí deben apoyar a la Secretaría de Tránsito en un trabajo educativo tratando temas de seguridad, movilidad y

circulación en las vías públicas o privadas abiertas al público 

Un bus es el encargado de llevar a estos individuos a cada uno de esos puntos de la ciudad, donde pocas veces ya hay un Guarda regulando el tráfico vehicular y sensibilizando a las personas, caso contrario es él quien debe realizar esta tarea sin ayuda ni supervisión.

Son 6 horas las que debe permanecer el G.P.T en el sitio o crucero que le fue nombrado; durante ese tiempo solo le es permitido 20 o 30 minutos de descanso o como comúnmente es conocido por ellos “misión”, la cual es autorizada por el Supervisor de Servicios antes de iniciar el turno.

Durante el tiempo que permanece en el “QTH” tiene como tareas importantes a realizar según la circunstancia y tipo de corredor donde se encuentre; regular y controlar el flujo vehicular y peatonal en las vías, suministrar información y orientar a los conductores y peatones, colocando las señales del caso, atender hechos de tránsito con la toma de medidas, recepción de datos e información, cierre de vías para eventos especiales, instalando vallas y todas las señales y objetos necesarios para la actividad, informando el cierre de la vía, así como las vías alternas de circulación y sitios de parqueo, operativos de control, con la toma de datos, revisión de información y manejo de logística propia de cada operativo.

En muchos momentos durante su servicio, no va a faltar el conductor, el peatón, el motociclista y hasta el ciclista que no comprenda su labor y la quieran entorpecer, pasen por alto las normas de tránsito, y como saben de antemano que solo puede realizar informes de manera pedagógica, hacen caso omiso a las recomendaciones que este realiza.

La lluvia, el sol, el polvo, la contaminación atmosférica, el ruido y la poca tolerancia de los actores activos en las vías, hacen parte del día a día de un G.P.T; que es considerado por la ciudadanía desde un simple practicante, hasta el “lambón” y “lamesuelas” de un Agente de Tránsito.

En definitiva, todos los días en los puntos críticos y de mayor accidentalidad en la ciudad, de pie, se encuentran unos personajes vestidos de azul, con peto color naranja y quepis, realizando una bonita labor de pedagogía con la ciudadanía, que tiene poco reconocimiento y desconocimiento de su verdadero objetivo.

 

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